La mayoría de los autores coinciden en que la obra de la iglesia debió comenzar en 1215, si bien en 1216 se producen donaciones regias al monasterio de Vallbení, lo que indica que no se había realizado el traslado de la comunidad, pudiendo acotarse la construcción de la cabecera y de las estancias que se han conservado como la sacristía y el panteón, entre 1215 y 1230, basándose en una inscripción conmemorativa que se encuentra en el presbiterio en la que se consigna que en el año 1226 se consagró el altar mayor.
Se considera que la construcción de la iglesia se realizó de manera rápida, a diferencia que el resto del monasterio que se demoró hasta 1254 cuando se produce el abandono de Vallbení.
Morfológicamente la iglesia se parece a la de Valbuena, teniendo adosadas en la parte externa dos estancias que producen la falsa impresión de cabecera de cinco ábsides.
La iglesia de estructura basilical, está formada por tres naves y cuatro crujías de las que solo la que precede al crucero mantiene su estructura original .
El transepto no sobresale en la planta si bien si lo hace en altura, tiene proporciones iguales a las del tramo contiguo del cuerpo de la iglesia.
Cabecera formada por tres capillas la central mas profunda, con un tramo recto que precede al presbiterio y cerrada por un ábside pentagonal, mientras los absidiolos laterales tienen tramo recto de forma cuadrada y ábside semicircular, estando comunicados el tramo recto de la capilla mayor con el de la capilla de la epístola.
Desde el brazo norte del crucero se accede a la capilla funeraria que desde el siglo XIII se utilizó como panteón familiar de los Téllez de Meneses, mientras que desde el brazo sur se accede a la sacristía de grandes proporciones que comunica con una capilla en el lado oriental
Bóvedas de crucería octopartitas, con perfil apuntado cubren la zona medieval conservada. La capilla mayor con gran influencia de la de las Huelgasde Burgos se cubre con bóveda de nervios que confluyen en una clave que no coincide con la del fajón de acceso. Las capillas laterales se cubren con bóvedas de cuarto de esfera. Los brazos del crucero se cubren con una bóveda de cañón apuntado, mientras que el tramo central del mismo lo hace con bóveda octopartita. Esta zona sufrió el desplome de la parte central y los brazos del crucero.
Las ventanas del ábside central, una en cada uno de los cinco paños, muy molduradas con arquivoltas sobre columnas acodilladas con arcos de medio punto.
La fachada occidental tiene dos ventanas molduradas, y los restos de una puerta de perfil apuntado cegada en la actualidad, se localizan en el lienzo central. En su tiempo se situaría sobre esta portada el rosetón siendo eliminado en la reforma realizada en el siglo XVII.
En cuanto a la decoración de capiteles, predomina el de hojas lanceoladas, existiendo elementos aislados de crochets, hijas compuestas y algunos figurativos (bibliografía). Aunque a primera vista pueda parecer simple, encierra una variedad importante a partir de un elemento decorativo a priori simplón como es el de la hoja lanceolada, ademas de indicar que la construcción del edificio se realizó en un breve período de tiempo, y por maestros con grandes recursos ornamentales y de gran destreza, incorporando recursos de mayor modernidad como el crochet, u otros menos frecuentes como son los figurativos.
Importante dentro de este monasterio es el capítulo de los enterramientos distribuidos en toda la iglesia y en la capilla de Santa Inés, donde se supone recibieron sepultura los fundadores Alfonso Téllez y su mujer Teresa Sánchez y diversos miembros de su descendencia, como Dª Mayor Alfonso de Meneses, madre de la reina María de Molina. A lo largo de las paredes de toda la iglesia, tanto interior como exterior, se pueden apreciar arcosolios claramente funerarios, sin que se conozca la identidad de sus ocupantes. Diversos abades y autoridades del Cister recibieron sepultura sobre todo durante los siglos XVIII y XIX. En la capilla de Santa Inés y en otras zonas de la iglesia, se catalogaron diez sepulcros con cubierta de piedra tallados, que han ido cambiando de ubicación con el tiempo, estando en la actualidad colocados en la capilla de la epístola. Tres de estos sepulcros fueron trasladados al museo catedralicio de Valladolid en 1964, de los que quedan en Palazuelos solo se conoce el nombre de uno de sus ocupantes gracias a una inscripción que adorna su sepultura, se trata de Gonzalo Ibañez, bisnieto de Alfonso Téllez (Bibliografía). |